Dos nutrientes vitales para la fertilidad y el embarazo: aceite de krill y vitamina D

 

El embarazo es un viaje fascinante, pero a la vez complejo en la vida de una mujer. En este camino, el papel crucial de dos nutrientes clave, Omega-3, principal componente del aceite de krill, y Vitamina D, se revelan como un aliado esencial, especialmente en los momentos cruciales de fertilidad, embarazo y post-parto.

 

Fertilidad y vitamina D: un vínculo esencial

Un estudio revelador realizado en el Centro de Fertilidad-IECH en México puso de manifiesto que la deficiencia de vitamina D afecta significativamente a mujeres con problemas de fertilidad. Sorprendentemente, el 50% de las mujeres infértiles estudiadas presentaba deficiencia de vitamina D. No obstante, ese no fue el único descubrimiento.

Asimismo, se demostró que los niveles óptimos de vitamina D son esenciales tanto para mujeres como para hombres, influyendo también así directamente en los resultados de la fertilización in vitro (FIV). Este efecto beneficioso se extiende incluso a mujeres diagnosticadas con el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), donde la vitamina D no solo mejora la fertilidad, sino que también reduce las complicaciones relacionadas con el embarazo.

 

Embarazo radiante con aceite de krill y Vitamina D

 

El embarazo es un período crucial en el que la salud de la madre y el desarrollo del bebé dependen de una nutrición adecuada. Aquí es donde entra en escena el aceite de krill y sus poderosos ácidos grasos Omega-3, en particular el DHA.

Hay 2 periodos críticos para la adquisición del Omega-3: durante el desarrollo fetal y después del nacimiento, hasta que el desarrollo bioquímico del cerebro y la retina se ha completado.

Los estudios médicos realizados sugieren que niveles óptimos de DHA y EPA reducen el riesgo de complicaciones relacionadas con la gestación como prematuridad, preclamsia y depresión perinatal.

 

Menor riesgo de parto prematuro gracias al aceite de krill

 

Uno de los beneficios más destacados del aceite de krill durante el embarazo es su capacidad para reducir significativamente el riesgo de preclamsia y parto prematuro. ¿Cómo lo logra? Resulta que sus niveles óptimos de Omega-3 trabajan en conjunto con la prostaciclina, un compuesto que relaja las fibras musculares lisas, actuando como un freno natural para el inicio prematuro del parto.

Estudios revelan que la suplementación con aceites esenciales Omega-3 a partir de la semana 30 de gestación está vinculada a una reducción notable del riesgo de prematuridad, con cifras que oscilan entre el 40 y el 50%. ¡Pero eso no es todo! Esta intervención también se asocia con una prolongación de la duración de la gestación en 5 días y un aumento del peso de los recién nacidos en 100 gramos.

 

Desarrollo neurológico y alergias infantiles: el rol estelar del DHA

 

El desarrollo cerebral y de la retina en el último trimestre de gestación es crucial. Los niños prematuros pueden beneficiarse especialmente de una ingesta de DHA, que se acumula rápidamente en estos periodos cruciales. Además, la suplementación materna con fuentes de Omega-3 durante el embarazo y la lactancia ha demostrado modular la respuesta inmunitaria del recién nacido, reduciendo el riesgo de alergias y condiciones como el eccema.

 

Depresión posparto: iluminando el camino con DHA y EPA

La depresión posparto, un desafío para muchas madres, puede estar vinculada a la deficiencia de DHA, presente en el omega-3 del aceite de krill. La suplementación temprana durante el embarazo con dosis de DHA y EPA alrededor de 2 g/día puede marcar la diferencia, brindando beneficios para el bienestar emocional de la madre.

 

Recomendaciones del consumo de aceite de krill en todas las etapas de la vida de la mujer

Como se menciona en la revista académica oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia en el 2014, además de determinadas situaciones vitales que afectan exclusivamente a la mujer (embarazo, lactancia, desarrollo fetal, menopausia), existen otras situaciones clínicas de mayor prevalencia que en el hombre, como por ejemplo la depresión o la osteoporosis, que justifican por sí solas el intento de realizar recomendaciones específicas de mayor consumo de Omega-3 en las mujeres.

Cuando se trata de Omega-3, es vital que sea de fuentes de la más alta calidad y pureza, para asegurar que no contenga plomo y otros metales pesados. El Aceite de Krill es la fuente más pura de Omega-3 que existe en el planeta, en especial gracias a la forma en que es recolectado y la zona de donde se obtiene.

 

Con las dietas modernas a menudo insuficientes, la suplementación con Omega-3, como el aceite de krill, se convierte en algo necesario. Se recomienda, una suplementación diaria de al menos 500 mg de Omega-3 (EPA y DHA) en todas las etapas de la vida de la mujer, asegurando así un camino saludable y equilibrado.

En resumen, el dúo de Omega-3 y Vitamina D emerge como un compañero valioso en el viaje de la salud femenina, sobre todo para la fertilidad y el embarazo, dado que estos nutrientes desempeñan un papel vital en el bienestar de la mujer y la salud de las futuras generaciones.

Recuerda siempre preguntar a tu médico ginecólogo antes de ingerir cualquier suplemento durante el embarazo o lactancia.

 

Referencias:

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